martes, 4 de noviembre de 2008

Un desierto en la genética

He vuelto al blog después de una dolorosa experiencia de vida. Y vuelvo desde la desolación para hablarles de los desiertos genéticos. ¿Qué son los desiertos genéticos? Sencillamente, constituyen una forma que tienen los genes de expresarse que es muy diferente de todas las otras formas conocidas. Dicho de otra manera, son el golpe de gracia que necesitaba el antiguo dogma de la rígida estructura de un gen para caer.
Explico. Ya sabrán los seguidores del blog que en estas lides moleculares la estructura y la función de las moléculas son inseparables. El gen, que es un fragmento de ADN que tiene información para fabricar proteínas, no es la excepción. Sus dos clásicas "partes" -según la visión dogmática- son el promotor y la región codificante.
El promotor es el sitio donde se une toda la maquinaria proteica que hace la copia de la región codificante en una única dirección (proceso denominado transcripción), lo cual a su vez es un paso intermedio hacia la síntesis de una proteína (proceso de traducción), con lo que concluiría la "expresión" del gen.
Supuestamente, para ser funcional (o sea, para poder dar inicio a la transcripción) el promotor debe poseer ciertas secuencias determinadas (secuencias "consenso") en posiciones fijas de su estructura y orientadas de una diversa manera. Además, el promotor debe terminar exactamente en el sitio preciso en el cual comienza la transcripción.
Este "dogma" viene siendo golpeado por numerosas evidencias: genes que codifican varias proteínas distintas en la misma región codificante (a veces por ser "leída" a partir de marcos de lectura diferentes), muchas secuencias "consenso" que no aparecen en gran cantidad de promotores o que difieren en su secuencia, promotores que permiten transcripciones en ambas direcciones, etc. Y ahora, lo que faltaba: ¡ausencia de cualquier promotor reconocible y presencia, a pesar de todo, de transcripción! Y es más, esa transcripción ¡puede empezar desde diversos sitios!
Y a estos "promotores no promotores" -permítaseme el contrasentido- se les llamó "desiertos ATG". Y vale la imagen del desierto y la desolación si tenemos en cuenta que este descubrimiento nos ha dejado, definitivamente, sin nuestros esquemáticos y organizados "genes". Los genes ya no son lo que eran...
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

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