domingo, 28 de septiembre de 2008

El bueno y el malo de la película

En mi artículo anterior el factor regulador HIF quedaba como el quijotesco efector que permitía que una célula superara la escasez de oxígeno. Pero, ¿es tan así? ¿Cuál es el bueno de esta película? La respuesta de HIF a la hipoxia es hacer sobrevivir a toda costa a una célula a la que le cuesta mucho respirar y que ya ha sido gravemente dañada por la producción de radicales libres. Esto nos hace recordar algo... Sí, justamente, nos hace acordar a las células transformadas, esas que, debiendo ser eliminadas y reemplazadas por células sanas no lo son y crean un tumor que se alimenta y crece monstruosamente a expensas del resto del organismo. De hecho el factor HIF se expresa cuando las células tumorales se dispersan por el organismo y crean metástasis. Es por eso que HIF está siendo visto como un posible futuro blanco para terapias anticancerígenas.
Entonces, el que es el actor bueno para la célula resulta ser el malo para el organismo. ¿Cuál es el bueno para el organismo como un todo? Probablemente el factor bueno sea un gas. Sí, como lo leyó: un gas. El óxido nítrico. Este gas es un mediador químico que, aparentemente, en condiciones de hipoxia impide que se desencadene la respuesta mediada por HIF y en su lugar envía la célula a la muerte celular programada. Entonces, el óxido nítrico es el bueno para el organismo. ¡Pero el malo para la célula! Es que esta película no es un spaguetti western sino que se parece más a un "film noire" donde ningún personaje es completamente bueno ni completamente malo.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

¿Mejor prevenir que curar?

He estado leyendo un trabajo científico de revisión muy interesante publicado el año pasado en la prestigiosa revista Biochemical Journal. Describe muy acertadamente los mecanismos de que disponen las células de mamífero para la homeostasis del oxígeno, es decir, el control de la presión parcial de dicho gas en los tejidos. El paper se centra en el papel que desempeña un factor de transcripción -o sea, un regulador genético- que es inducible por hipoxia (el HIF). Vale aclarar que el autor del trabajo, G. Semenza, fue, hacia 1992 uno de los descubridores de dicho factor.
De este trabajo uno puede aprender que la hipoxia -condición en que el sumimistro de oxígeno en relación al consumo celular resulta insuficiente- causa un aumento en el nivel de radicales libres. Usted los habrá oído nombrar, ¿verdad?. Estos radicales libres son capaces de oxidar masivamente proteínas, lípidos y ácidos nucleicos, lo que causa un daño tal a la célula que puede llegar a matarla. Esto sucede porque, al escasear el oxígeno, una parte de la respiración aeróbica -la cadena respiratoria- funciona deficientemente. Los electrones que se transfieren a lo largo de esta cadena no llegan al final sino que son entregados al oxígeno de manera prematura, ocasionando la liberación de aniones superóxido (un tipo de radical libre).
Sin embargo, frente a la hipoxia existe una respuesta de emergencia que, al menos temporalmente, puede salvar a la célula afectada de morir, y es la respuesta que monta HIF.
Este HIF activa cientos de genes que producen proteínas que ayudan a la célula a lidiar con la hipoxia. Algunos inhiben la respiración aeróbica, otros fomentan la fermentación y otros estimulan la generación de nuevos vasos sanguíneos capaces de traer más oxígeno al tejido.
Ahora adivine: ¿Cuál es el estímulo que desencadena la producción de HIF y con éste efecto asegura la supervivencia celular? Sí, adivinó. Los mismos radicales libres. Justo el agente dañino que la respuesta busca neutralizar. Es decir que la respuesta no parece llegar a tiempo. Nada de alarmas preventivas. Los ladrones ya están en casa cuando suena la alarma y llega la policía. ¿Mejor prevenir que curar? Parece que nuestras células no siempre piensan lo mismo.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La lucha de las metáforas en Biología

Cada posición en biología se presenta como la defensa de una metáfora. Dawkins usa la imagen de los genes como unidades informacionales con carnadura molecular que se arman máquinas para su pervivencia y replicación. Margulis imagina las organelas como animalitos que viven juntos en una pacífica simbiosis. Gould habla del paseo del borracho. Behe piensa en los organismos como máquinas tontas de complejidad irreductible. Sheldrake piensa en una radio que sintoniza distintas emisiones de un campo radial. Los neodarwinistas hablan de paisajes adaptativos, y Waddington de paisaje epigenético.
Cada metáfora da verosimilitud a cada una de estas posiciones. Si los seres vivos fueran como radios, tendría razón Sheldrake. Si fueran máquinas de complejidad irreductible, tendría razón Behe. Si fueran máquinas creadas por los genes, tendría razón Dawkins, etc. El problema no es saber cuál es la metáfora correcta, porque la metáfora no posee la propiedad de la verdad "por correspondencia", sino a lo sumo representa una "verdad poética". "Verdad" es entonces, en la biología moderna, "verosimilitud", en el sentido en que es verosímil un relato que hable de brujos y hechiceros si describe un mundo mágico, o es verosímil un relato que compare al Universo con una biblioteca en la que hay un libro que contiene todos los libros.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Campos y resonancias mórficas en la teoría de Sheldrake

En La presencia del pasado Rupert Sheldrake nos da una visión muy concisa e interesante acerca de las relaciones entre su teoría de los campos mórficos y otras con las que está emparentada, como la teoría de Waddington y Goodwin acerca de los campos morfogenéticos.
Luego de mostrar con toda razón el modo en que el platonismo de las leyes eternas y el mecanicismo atomista se combinan para formar el paradigma más aceptado en la Ciencia Moderna, nos habla de que, así como una partícula elemental es una especie de condensación local de un campo que la contiene y la supera, lo mismo podríamos pensar que un cisne es una condensación en el campo de los cisnes, etc. Y así como las partículas de un campo son inseparables entre sí y vibran a la par debido a una influencia a distancia, distintos miembros de una especie, o distintas partes de un mismo miembro, o distintas fases de su propio desarrollo, pueden repercutir unos en otros, generando patrones de interferencia que aumentan progresivamente la probabilidad de que sigan todos una misma dirección de comportamiento.
A esa influencia mutua, a la que llama "resonancia mórfica", Sheldrake le atribuye la capacidad de hacer que un comportamiento sea cada vez más habitual. Así, cuantas más veces fabriquemos un cristal en los laboratorios, más rápido será el proceso de cristalización en otros laboratorios. Como la resonancia se da entre individuos de forma similar (que sintonizan en el mismo canal, para seguir con su analogía radial), se forman creodos que separan cada vez más las distintas formas, se trate de estructuras, pautas de movimiento o modos de comportamiento. Es decir, los sistemas tienden a "enfriarse", por así decirlo, algo que podemos comprobar en el proceso de desarrollo embrionario y su canalización hacia tejidos más y más especializados, aun partiendo de una misma base genética.
Pero ¿cómo puede el hábito permitir la aparición de lo nuevo? Esta, la pregunta más interesante, es la que la teoría de los campos mórficos no puede responder. Partiendo de que no es necesario pensar en términos de leyes eternas o arquetipos eternos, Sheldrake no puede evitar preguntarse, sin embargo, por el origen de aquellas pautas de comportamiento que se hacen cada vez más habituales con el tiempo. Por un lado hace del hábito una ley, con lo cual aun el cambio progresivo de las leyes naturales obedece a una pauta única y repetitiva (la resonancia mórfica), y por otro advierte que la creatividad en la naturaleza, o se explica por alguna preexistencia de las formas, u obliga a aceptar un surgimiento al azar o desde la nada, lo cual es no dar ninguna explicación en lo absoluto. Esto demuestra que, como señalaba Kant, la pregunta misma que hace la ciencia, "¿por qué?", nos fuerza a contestar aplicando la idea de causa, que establece en última instancia una modificación en la que algo (materia, energía o información) debe conservarse. De lo contrario, no hay respuesta, y tampoco ciencia.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sobre vestigios y "peor es nada"

Veía a mi hijo de tres meses chuparse el dedo, y pensé que la Teoría de la Evolución de Darwin podría explicar ese acto como "vestigio" de algún mecanismo de autoalimentación que se ha perdido.
La idea de los órganos vestigiales, usada como prueba del evolucionismo, hizo que la escuela médica positivista hiciera de un modo salvaje extracciones de amígdalas y de apéndices como si se tratara de órganos inservibles. Ahora ha cambiado la opinión sobre el tema, y sólo las muelas de juicio parecen un problema para quien niegue la teoría de los vestigios.
Lo contrario del vestigio es el órgano en formación. Se supone que, o bien tiene al principio otro uso que el definitivo, o que funciona mal, pero es mejor mal que nada. Esta es toda una filosofía, contraria al espíritu de los griegos, quienes consideraban parte de la educación el enseñar a ser el mejor ("aristos", de donde viene el término "aristocracia", es decir, el gobierno de los mejores). Es difícil probar, sin embargo, que existan órganos que funcionen a medias, salvo en casos disfuncionales, es decir, en casos de enfermedad, cuando es verdad que el que posee tal órgano puede vivir, pero con una espectativa menor. Un órgano en formación lo es en relación con un órgano terminado, con lo cual nunca puede saberse si algo es un órgano en formación hasta que el órgano en cuestión termine su formación (cuando ya es tarde para hacer predicciones sobre su futuro desarrollo).
Los neodarwinistas aplican el mismo criterio a un nivel metacientífico (o epistemológico): mejor que no tener ninguna explicación es tener una cualquiera, algo que dicen de su propia teoría de la evolución.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

martes, 16 de septiembre de 2008

Errores meióticos y aclaración

Me gustaría explicar aquí lo que quise decir cuando escribí que la meiosis es un proceso "chapucero". La división celular, y ésta en particular, es una danza de cromosomas que, como toda coreografía puede fallar. Y de hecho falla muy frecuentemente provocando aneuploidías, extraña palabra que -si usted lector leyó mi articulo anterior- ya sabrá que significa tener un cromosoma de más o uno de menos en una gameta.
¿Significa eso que la meiosis es un proceso descontrolado o sin ton ni son? De ningún modo. Lo que pasa es que su control está a otro nivel. Su control se ejerce en la viabilidad o no de los embriones formados. Casi todos los embriones aneuploides, salvo algunos monosómicos para el cromosoma X o trisómicos para el 21, mueren en algún punto de la gestación y se evidencian como abortos espontáneos. Podríamos pensar que llegarán más o menos lejos según la gravedad del daño genético que lleven. Pero esto último es sólo una presunción mía. De todas formas, queda claro que el control existe, pero no es celular, no es "micro" sino que está en el curso del desarrollo, es "macro".
¿Y cuál es el problema? Que no parece elegante ni económico -y mucho menos ético en el sentido humano de la palabra- llegar a engendrar embriones para recién allí descartarlos. Un biólogo molecular siempre espera una elegantísima muerte celular programada para acabar cuanto antes con estas gametas (o como mucho con los cigotos) unicelulares que salieron "fallados".
¿Tendrá esto alguna implicancia en el debate acerca del aborto inducido? No, no. No entraré en ese tema. Si quiere, lector, opine usted.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Limitaciones estructurales de la variabilidad de la vida

Hace poco aparecieron unos DVD con películas de Discovery Channel -con el título Futuro Salvaje- dedicadas a especular sobre las formas de vida que sustituirán a las existentes dentro de millones de años (incluyendo calamares voladores que se comunican con lenguaje de señas luminosas, o totugas gigantescas de cuellos alargados similares a dinosaurios).
No cabe duda de que la teoría de la evolución es capaz de alimentar a la ciencia ficción, pero hasta ahora sólo se había hecho eso en dirección a pensar en un supervertebrado como evolución futura de la especie humana. Nadie hubiera especulado, antes de la Segunda Guerra Mundial, con la posibilidad de que, fuera de la especie humana, otros órdenes de seres vivientes pudieran ocupar su lugar supuestamente hegemónico en la Naturaleza.
Basada en la idea de constricciones ontogenéticas de Gould, esta serie de películas especula con posibles desarrollos, por adición terminal, a partir de formas de vida marginales, una vez que las formas dominantes se hayan extinguido.
Quisiera mencionar, por otra parte, el hecho de que ver a los genes como planes estructurales de carácter puramente informacional ha contribuido a la idea de que, sea por pequeñas variaciones, sea por saltaciones que continúen a grandes extinciones, la vida es capaz de generar cualquier cosa. Ocurre que las informaciones genéticas, se piensa, pueden ser reescritas al azar de maneras infinitas. Pero esto no es correcto, y que no lo sea ya era claro para Nietzsche, cerca de finales del siglo XIX. Sí, Nietzsche, un vitalista partidario de la idea de evolución, profeta de la llegada de lo sobrehumano (como sobresimiesco es el ser del hombre).
Nietzsche sabía que la energía total del universo se conserva. Que por eso mismo no puede ser infinita (si lo fuera, como infinito más cualquier cifra da infinito, se conservaría la energía aunque surgiera energía de la nada, lo cual es contradictorio). Influido por la lectura de Boscovich, sabía que esa energía viene en paquetes mínimos que se combinan entre sí en un número limitado de formas posibles. Dado que los seres vivientes sólo constituyen una porción de esas posibilidades, las variaciones de la vida son más limitadas aún que las meramente físico-químicas. Eso le hizo sostener que la idea de progreso en la evolución era un antropomorfismo insostenible, y que si el universo existiera en un tiempo infinito, por más grande que fuera la cifra de combinaciones posibles entre los cuantos de energía, todo lo posible ya ha pasado, y eso infinitas veces.
Los físicos no creen que el tiempo sea infinito, pero eso no quita el hecho de que es un resultado de la lógica más pura el que hay un número muy grande pero necesariamente limitado de formas de vida posibles. ¿No son esas posibilidades las que deberían estudiarse en biología, sin importar tanto cuándo vienen unas y cuándo surgen las otras, y cuáles proceden de cuáles otras?
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

sábado, 13 de septiembre de 2008

La máquina de Dios...¡Vaya timo!

Hay una serie de libros en venta en las librerías que en el título llevan la frase "¡Vaya timo!" Por ejemplo, El crecionismo, ¡vaya timo! Ahora los periodistas se refieren a la gran máquina colicionadora de haces de protones del CERN con el nombre de "la máquina de Dios", porque se supone que recrearía las condiciones de temperatura y energía propias de los primeros segundos (o las primeras milésimas de segundo) del Universo.
Yo me pregunto, ¿qué significa que el hombre haga la máquina de Dios? En primer lugar, para la gran mayoría de los físicos que trabajan en el tema, no hay Dios, o por lo menos la idea de que lo haya no es una hipótesis científica aceptable. Quizás, entonces, habría que haberla llamado "la máquina humana con la cual emulamos la labor de un Dios que no podemos afirmar que exista". ¿Son estas meras cuestiones lingüísticas?
También se dice que es la máquina de Dios porque permitiría (o no, y si no, mejor, porque hay que empezar a formular una teoría no estándar de unificación de fuerzas), permitiría, decía, descubrir el bosón de Higgs, al que se ha llamado "la partícula de Dios" (otro nombre carente de toda significación científica, pero que sirve como márqueting para conseguir presupuesto para gastos realmente inútiles -en el sentido utilitarista de la palabra utilidad, es decir, "el mayor bien para el mayor número"-).
Algunos decían que podía crear un miniagujero negro que se tragara, al menos, a la Tierra. Nadie ha localizado nunca un miniagujero negro, pero que es posible, es posible. ¿Ante esa posibilidad, ustedes se hubieran arriesgado a poner en funcionamiento esa máquina? Yo no. Pienso en mis hijos, y con altas energías se juega con fuego, como pasó con la bomba atómica. No sabemos qué tan complejas son las cosas "hacia adentro". Sólo tenemos teorías. Por otro lado, quizás ya estemos dentro del agujero negro, y nunca lo sepamos, porque la relatividad del tiempo hace que en el horizonte de sucesos todo se detenga, si es que la teoría de la relatividad es correcta.
Desde una filosofía de la sospecha, nada nos impide pensar que los que se opusieron al experimento fueron pagados por el CERN para autopromocionarse, pues los experimentos de aceleración de partículas nunca tuvieron mucha prensa, y había que justificar un enorme presupuesto.
Mi conclusión: "La máquina de Dios, ¡vaya timo!".
Dejen ya de jugar a Orson Wells pasando su emisión radial de La Guerra de los Mundos como si hablaran de algo que está pasando realmente. Somos padres preocupados, queremos soñar tranquilos con un futuro para nuestros hijos.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Errores meióticos e infertilidad

La infertilidad humana es hoy en día un tema preocupante y el estudio molecular de la meiosis tiene bastante que aportar a su manejo clínico.
La meiosis es el tipo de división celular que realizan las células primordiales germinales dentro de ovarios o de testículos para producir óvulos o esperma funcionales, respectivamente. En esta división, dichas células germinales-ovogonias en mujeres y espermatogonias en varones- reducen a la mitad su contenido cromosómico para crear gametas, es decir, células que al fusionarse con otra gameta del sexo opuesto en la fecundación restablezcan el número de cromosomas normal de la especie. Resulta que la meiosis, a diferencia de otros procesos muy perfeccionistas -como los que comenté en artículos anteriores: la replicación y la reparación del ADN-, es un proceso con una sorprendentemente elevada tasa de error que permanece sin ser corregido.
Los errores probables consisten en que los pares de cromosomas no se separen igualitariamente y que como consecuencia se produzcan gametas que contengan un cromosoma de más o uno de menos. Si dos cromosomas homólogos que deben separarse van juntos a una de las células hijas, esa célula tendrá un cromosoma de más y la otra uno de menos. Esta alteración se denomina aneuploidía. Se estima que el 2% de los espermatozoides que produce un varón y el 20% de los óvulos de una mujer (y, según algunos hasta el 50%, sobre todo a edades maternas más elevadas) son aneuploides. Esta situación es muy grave, porque la enorme mayoría de las aneuploidías no son compatibles con la vida y los cigotos que se producen por fusión de gametas, siendo una de ellas aneuploide, mueren como embriones o fetos en algún punto de su desarrollo intrauterino. Cierto que debe exceptuarse la triploidía del cromosoma 21 que origina el síndrome de Down, pero aún en este caso la viabilidad es bajísima, ya que sólo el 20% de los embriones con esta condición llega a nacer.
Y usted, lector, a esta altura se preguntará qué se sabe respecto a la causa molecular de esta ineficiencia de la meiosis. Bueno, no se conoce muy profundamente pero sí se sabe que una de las causas es que falle la recombinación o "crossing-over" entre cromosomas homólogos, que es una marca de identidad de la división meiótica, que hasta hace poco se creía que sólo servía para barajar y dar de nuevo genes de origen materno y paterno, creando así variabilidad en los hijos respecto a padres y hermanos. Esta es, sin duda, una función importante, pero por lo visto no la única. Los entrecruzamientos ayudan a que los cromosomas permanezcan juntos hasta el instante preciso en que deben separarse ordenadamente.
Cuando el entrecruzamiento ocurre demasiado cerca de los telomeros (extremos de los cromosomas) o de los centrómeros (sitios donde los cromosomas se enganchan a los rieles por los que se separarán, o cuando no ocurre en absoluto ningún "crossing-over", es común que los dos cromosomas se dirijan juntos a un polo de la célula en división,provocando futura aneuploidía, como ya expliqué antes.
Lo bueno de todo esto es que estén comenzando a conocerse las causas de la infertilidad humana, una limitación muy dolorosa para muchas parejas que buscan procrear, y de esta manera estén más cerca los posibles tratamientos.
Lo malo, para quienes nos deleitamos con los dispositivos moleculares infalibles, es reconocer que un proceso tan crucial como la meiosis pueda ser tan "chapucero"
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

viernes, 5 de septiembre de 2008

La Wikipedia admite cambios

Después de mi último artículo he comprobado que algunas afirmaciones de la Wikipedia sobre diseño inteligente se han presentado en una versión menos abiertamente contraria a esta idea. Así que la Wikipedia sí está abierta a los cambios, contra lo que había sostenido en el artículo anterior. Quiero pedir disculpas al censor que borró mis intervenciones por no haber esperado a que contestara mi pedido de explicación. Ahora comprendo que si hubiera usado un lenguaje más neutro quizás se hubieran aceptado mis correcciones. He comprobado, además, que no fui el único disgustado con el artículo en cuestión, viendo la página de discusión, aunque comprobé que el censor anónimo sigue en una posición inflexible acerca de lo que acepta como científico.
De todos modos, pienso que si la Wikipedia pretende seriedad, debe suprimir toda referencia, en los textos referidos a diseño inteligente y creacionismo, a esa burla anticreacionista llamada "pastafarismo", a la cual puede mencionar como fenómeno social, pero no tomar como un argumento en contra del creacionismo. Yo no soy practicante de ningún culto, pero creo que plantear que las pruebas de la existencia de Dios servirían igualmente para probar que hemos sido creados por un plato de spaguetti a la boloñesa, es inaceptable, salvo en la Frikipedia, que está hecha para ser tomada en broma, y en tal sentido es consecuente consigo misma. Es significativo que el artículo sobre el pastafarismo en Wikipedia y en Frikipedia prácticamente coincidan.
Tal vez deberíamos plantearnos a qué debemos llamar "ideas serias". Hasta donde sé, el único que reflexionó sobre el tema fue Kierkegaard, y lo único que pudo afirmar acerca de ello es que "el presente es lo serio de la vida".
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

jueves, 4 de septiembre de 2008

¿Por qué Wikipedia defiende la síntesis neodarwinista?

Se me ocurrió entrar a Wikipedia y anotarme como editor, para comprobar qué tan libre es la enciclopedia libre. Dentro del artículo sobre Diseño Inteligente incluí el siguiente texto: " quizás la importancia que se le da al diseño inteligente como alternativa frente al darwinismo se deba al estancamiento de la Síntesis de los años sesenta y al surgimiento de alternativas como la simbiogénesis de Margulis, la transferencia horizontal de genes por vectores víricos de Sandín, etc.". No recuerdo con exactitud el texto, porque al otro día ya había sido suprimido.
El censor anónimo había justificado la supresión diciendo que "el texto no es relevante para el tema". Esto me ha confirmado en mis sospechas de que detrás de la Wikipedia hay una organización de investigadores que pretenden hacer pasar sus propias preferencias como opciones libres, sobre todo en temas científicos candentes como el de las actuales críticas al modelo evolucionista estándar.
Como no establecen un criterio para los enlaces externos, y hacen aparecer en la bibliografía un número limitado y muy selecto de textos excluyendo toda otra posibilidad, no me extrañaría que los editores fueran amigos y/o admiradores de aquellos a quienes citan dándoles así fama internacional, pues es bien sabido que la Wikipedia es una de las enciclopedias de Internet más consultadas en el mundo.
Como siempre, volvemos a comprobar que no existen medios de divulgación de ideas que sean verdaderamente democráticos, bajo la excusa de que, sin censores, se violarían las normas mínimas de ética y honestidad y se caería en una total anarquía. En última instancia, esto es una muestra más de cómo el principio de autoridad se disfraza de racionalidad.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Afán por no cambiar

Las células demuestran un verdadero afán por no cambiar. Al menos, eso traslucen los numerosos y harto elaborados mecanismos por los cuales se repara cualquier daño en el ADN.
Existen mecanismos específicos para cada tipo de daño: escisión de un nucleótido (unidad mínima del ADN) cuando se altera una sola base o "letra", escisión de un grupo de nucleótidos cuando se produce una lesión abultada que distorsiona la hélice, recombinación con otra secuencia homóloga disponible cuando se trata de emparchar una rotura de las hebras de ADN.
Todos estos mecanismos restauran la secuencia original. Son exitosos. Pero también hay otros que no lo son tanto. Es que la compulsión a reparar es más fuerte de lo que el sentido común supondría. Una célula que sufra la rotura de una molécula de ADN por efecto de radiación ionizante intentará reunir los pedazos aunque no tenga un cromosoma homólogo a mano que le dicte cuál debe ser la secuencia correcta. Empalmará los fragmentos de cualquier manera perdiendo información situada en las puntas de los mismos. Intentará arreglarlo a cualquier precio, aunque lo más sensato hubiera sido disparar la apoptosis y morir cuanto antes.
Lo mismo hará una bacteria si las mutaciones se acumulan en su genoma, para poder seguir dividiéndose. Usará una enzima con tendencia al error que replicará el ADN dañado sin disponer de un molde, tomando nucleóitidos al azar. Es que, mejor que no poner nada, es poner cualquier cosa.
Alguien me podría decir que este afán por no cambiar es simplemente un intento por oponerse al enorme e incontenible flujo de cambio por el que transcurre la vida. Y yo pienso que sí, la vida debe estar debatiéndose en esa contienda entre el cambio espontáneo y la permanencia forzada.
Copyright Mirta Elena Grimaldi. Derechos reservados.

La ilusión trascendental

Kant, en la Crítica de la Razón Pura, nos dice que podemos conocer el fenómeno, es decir, la superficie de contacto entre la realidad y la estructura de nuestra subjetividad, pero no podemos asomar fuera de nuestro propio horizonte de comprensión, como seres finitos que somos, y alcanzar una verdad absoluta.
Parece extraño que después de la Filosofía Crítica todavía hay quienes caen en la "ilusión trascendental" de pensar que lo real es un libro abierto para nuestra razón y que leerlo por completo es sólo cuestión de tiempo. ¿Qué les hace creer a los biólogos de hoy que, si en miles de años de pensamiento el hombre no llegó a sostener una verdad perdurable hacerca del mundo sea hoy el momento de la historia adecuado para alcanzar esa verdad? Sólo una fe que la propia razón que dicen seguir jamás podría justificar.
Cuando se habla de una Teoría de Todo, yo preguntaría ¿de todo lo qué? Saber que las cuetro fuerzas fundamentales pueden haberse desprendido de una sola ¿explica todo? Si pudiéramos explicar todo, habríamos convertido, sin residuo, toda realidad en pensamiento. Primero preguntémonos ¿puede existir la realidad en nuestro pensamiento?
Es triste que haya gente de buena fe que lee a Dawkins como si se tratara de la Biblia, y critican a quienes leen la Biblia como si se tratara de la verdad. Es triste porque nunca se preguntan qué es la verdad.
No hay nada peor que un escepticismo a medias, que rechaza unas afirmaciones y otras las acepta ciegamente.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.