martes, 16 de septiembre de 2008

Errores meióticos y aclaración

Me gustaría explicar aquí lo que quise decir cuando escribí que la meiosis es un proceso "chapucero". La división celular, y ésta en particular, es una danza de cromosomas que, como toda coreografía puede fallar. Y de hecho falla muy frecuentemente provocando aneuploidías, extraña palabra que -si usted lector leyó mi articulo anterior- ya sabrá que significa tener un cromosoma de más o uno de menos en una gameta.
¿Significa eso que la meiosis es un proceso descontrolado o sin ton ni son? De ningún modo. Lo que pasa es que su control está a otro nivel. Su control se ejerce en la viabilidad o no de los embriones formados. Casi todos los embriones aneuploides, salvo algunos monosómicos para el cromosoma X o trisómicos para el 21, mueren en algún punto de la gestación y se evidencian como abortos espontáneos. Podríamos pensar que llegarán más o menos lejos según la gravedad del daño genético que lleven. Pero esto último es sólo una presunción mía. De todas formas, queda claro que el control existe, pero no es celular, no es "micro" sino que está en el curso del desarrollo, es "macro".
¿Y cuál es el problema? Que no parece elegante ni económico -y mucho menos ético en el sentido humano de la palabra- llegar a engendrar embriones para recién allí descartarlos. Un biólogo molecular siempre espera una elegantísima muerte celular programada para acabar cuanto antes con estas gametas (o como mucho con los cigotos) unicelulares que salieron "fallados".
¿Tendrá esto alguna implicancia en el debate acerca del aborto inducido? No, no. No entraré en ese tema. Si quiere, lector, opine usted.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

No hay comentarios: