viernes, 8 de agosto de 2008

Los seres vivientes como sustancias anhomeoméricas

Aristóteles distinguía, dentro del mundo de las sustacias, o cosas concretas, varios tipos, de los cuales me interesa destacar dos: las sustancias homeoméricas y las anhomeoméricas. Las primeras corresponden a lo que los físicos llaman "estado libre de escala". Se trata de aquellas sustancias cuya división genera "dos partes de lo mismo". Si yo divido una barra de metal en dos, obtengo dos barras de metal. Esto es válido hasta cierto límite a partir del cual, según Laughlin, empiezan a ser relevantes las propiedades cuánticas de los átomos individuales. Ocurre entonces que la homogeneidad que muestra la sustancia a gran escala se desmorona. Eso es claro cuando hacemos microscopía de barrido electrónico sobre la superficie de un cristal. Los fractales también son libres de escala. En este sentido, fractales y procesos de autoorganización como el laser (favorito de la sinergética), los hologramas (favoritos del paradigma holográfico) o los relojes atómicos (favoritos de la termodinámica de procesos irreversibles) quedan incluídos en el mismo grupo que cosas más triviales y clásicas, como las piedras, los metales y el agua.
En cuanto a las sustancias anhomeoméricas, no son libres de escala. Si divido una de ellas en dos porciones, no obtengo dos muestras de lo mismo, ni siquiera a la primera división. Por ejemplo, si corto un eslabón de una cadena de procesos bioquímicos como la que tiene lugar en el proceso de coagulación de a sangre (favorito de los partidarios de Diseño Inteligente), el proceso ya no es el mismo, no lleva al mismo resultado, y deja de ser funcional (lo cual no quiere decir que no pueda obtener los mismos resultados finales si reemplazo todos los miembros de la cadena por otros, formando una cadena más corta, pero que no podría obtenerse a partir de un simple corte de la primera cadena). Todos los seres vivientes son sustancias anhomeoméricas en este sentido, y las teorías de autoorganización que se aplican a la superconductividad, la superfluidez, el laser, los relojes químicos, etc., no pueden simular el funcionamiento de una "simple" célula.
Esto significa que la vida posee organización a todos los niveles, y eso es lo que la hace "extraña" desde el punto de vista físicoquímico.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

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