viernes, 4 de julio de 2008

Cuando el sistema inmune nos juega en contra

Si nos invade una bacteria gramnegativa y logra traspasar las barreras primarias de inmunidad que les presentan los epitelios de las mucosas, se desencadena una infección generalizada que puede culminar en un cuadro grave, denominado shock séptico que nos lleve a la muerte.
Esto se debe a que las bacterias gramnegativas poseen en su pared celular un componente llamado lipopolisacárido (LPS) que actúa como una potente endotoxina cuando es liberado a circulación sanguínea. Lo llamativo del caso es que esta liberación de LPS no es llevada a cabo activamente por la bacteria como un arma de patogenicidad (como ocurre con las exotoxinas de muchas bacterias grampositivas). Muy por el contrario, el LPS se libera una vez que la bacteria ya fue lisada- es decir, destruída- por las primeras células inmunitarias que reaccionan a la presencia de cualquier patógeno que haya osado ingresar al organismo y que le "avisan" de la situación al resto del sistema de defensa.
Lo que es más curioso aún es que el propio LPS liberado no causaría un gran daño si no fuera por la existencia de una proteína plasmática que lo capta y lo transfiere a un complejo de proteínas de membrana situado sobre la superficie de los macrófagos. Entonces, los macrófagos reconocen al LPS como algo extraño y dañino, y, en el trascurso de fagocitar y destruir la macromolécula en cuestión se activan y comienzan a producir grandes cantidades de citocinas proinflamatorias, sobre todo TNF-alfa. Es el TNF-alfa el componente de esta cadena de activación que "exagera" la respuesta defensiva y que provoca una gran vasodilatación que aumenta la permeabilidad vascular, dejando que el plasma escape de los vasos sanguíneos, con lo cual el volumen de líquido decrece acentuadamente y esto conduce a un estado de shock que, como hemos dicho, puede resultar mortal.
En definitiva, estamos hablando de uno de los cada vez más numerosos casos de respuestas supuestamente defensivas que terminan dañando más al hospedador que la infección microbiana que la desencadenó.
¿Quiere lector, para convencerse, más ejemplos? La patología cardíaca crónica del mal de Chagas se debe a una reacción cruzada de anticuerpos, que fueron fabricados contra los restos inofensivos del parásito ya destruído, contra el músculo cardíaco. Las alergias, que llevadas a su máxima expresión también pueden causar un tipo de shock denominado shock anafiláctico, no son más que reacciones de hipersensibilidad a partículas de polvo o al polen que no presentan ninguna amenaza real de infección activa.
No se qué pensará usted acerca de estos desatinos del sistema inmune. Yo opino que se trata de una red tan enormemente compleja de elementos separados pero interactuantes que es esperable la ocurrencia de alguna falla ocasional en el sistema. Al fin y al cabo, no hay tanto de qué preocuparse. La mayor parte de las veces nuestras defensas resultan triunfantes sobre los ataques de una gran variedad de microorganismos.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

No hay comentarios: