viernes, 11 de julio de 2008

El peligro de lo innumerable

Tal vez la señal más clara de la decadencia de la religión pagana en Roma fue la multiplicación al infinito de los dioses y semidioses. Cuando para todo tema hubo que inventar un dios, y hasta los Césares fueron automáticamente convertidos en dioses, la hermosa religión creada por los griegos e imitada por los romanos llegó a su fin.
Heidegger sospechaba en la aparición de "lo innumerable" la señal del fin de una era del pensamiento y el inicio de otra nueva. El verbalismo vacío de la escolástica tardía fue un ejemplo claro de ello. El protestantismo vino a barrer las innumerables jerarquías de santos mediadores que según Hume había hecho del catolicismo un paganismo renovado.
Lo innumerable amenaza hoy en día a la Biología Molecular. Como Mirta lo señala en su artículo referente al proceso inmunológico, la complejidad que presentan los fenómenos biológicos amenaza con desbordar los límites de lo comprensible. Los fenómenos "de cascada", esos que hacen que la vida funcione con un Kairós o sentido de la oportunidad que ningún medicamento sintético puede imitar, se presentan en los modelos de un modo tan intrincado, que ya no es posible saber si son químicamente funcionales, si no deberían llevar a un desbordamiento caótico, cuyo control, también evidente, nos obliga a esperar el descubrimiento de variables ocultas que trascienden lo físico y lo químico.
¿Será ésta la señal de la "llegada de nuevos dioses" en Biología, como Heidegger lo sospechaba en el ámbito de la física cuántica y relativista y en su comprensión de lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño?
¿Será que al ser sólo una mínima parte de esa totalidad biológica, nuestra corteza cerebral es incapaz de abarcarla en su comprensión? Pero no, esta aceptación de "haber llegado a los límites de conocimiento" es parte del modelo de pensamiento cuyo descontrol anuncia su acabamiento. Si la vida no es complejidad en el límite del caos, sino una forma del propio caos organizada en niveles ocultos para la comprensión de la bioquímica, un aspecto de nuestra mente habita también esa dimensión oculta, y eso puede volverla comprensible para nosotros.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

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