martes, 15 de abril de 2008

Niveles de organización de la materia viviente

Gould se consideraba realista. Para él, el ADN, la célula, el organismo y la especie constituían individualidades de distintos niveles. Cada una evoluciona según sus propias leyes, pero del resultado de esa evolución surgen, en el nivel superior, "exaptaciones", es decir, efectos no adaptativos que le dan a éste último nivel la creatividad necesaria para poder evolucionar. Si no fuera por la manera en que el ADN egoísta (parte del ADN no codificante) procede a su propia replicación haciendo copias de sí mismo, lo cual no es económico para el organismo, éste no contaría con las innovaciones que le permiten los cambios importantes, los que implican un aumento en las dimensiones del ADN y un consiguiente, posible, aumento en el número de genes. Esos cambios de complejidad no podrían explicarse por simples errores en la replicación, que mantienen intacto el número de pares de bases.
Para Gould sólo opera la evolución darwiniana a nivel del organismo individual. La reproducción diferencial hace que, a un nivel superior, surja el mantenimiento estable de una población a pesar de las mutaciones, y, a partir del aislamiento geográfico, la aparición y el rápido desarrollo de una especie nueva.
La teoría multinivel postulada por Gould es una combinación de tradición y renovación que ha sido malinterpretada muchas veces, sea como un agregado subsidiario al darwinismo, sea como una renovación radical encubierta. Yo creo que ninguna de las dos interpretaciones es correcta. Pero también pienso que el concepto de "enjuta" y el papel de la contingencia que genera armonías gratuitas es explotable en una dirección mucho más extremista que la que Gould adoptó.
Tiendo a pensar cada vez más que el orden molecular pasa por el estilo y el movimiento, y que la vida es un fenómeno estético, un fenómeno de superficie en el que se entremezclan realidades moleculares con aspectos ambientales, y también con cuestiones subjetivas, derivadas del modo de nuestra observación.
Como sea, el realismo de Gould me parece excesivo. La "realidad", en el sentido científico del término, tiene tantos niveles como nosotros seamos capaces de ver en ella. Eso no significa que, una vez adoptada cierta perspectiva desde la cual es observable un cierto nivel de identidad, no estemos obligados, por la manera en que el objeto se nos presenta, a orientar nuestro discurso en una dirección definida que no es "subjetiva". En este sentido, pienso que la posición de Gould es la más sensata, si se matiza su postura filosófica para evitar las discusiones estériles acerca de cuál es el "nivel fundamental" en el que transcurre la vida, y, con ella, su evolución.
Como decía Husserl, no hay un objeto que no lo sea para el sujeto que lo contempla, ni hay un contemplar que no lo sea de un determinado objeto. Ayer esta mujer era "amorosa", hoy es "odiosa". Ha cambiado mi sentimiento por ella. ¿Ha cambiado la persona? Ha cambiado para mí. Pero puedo demostrar con tanta objetividad que es odiosa, como antes podía justificar que era amorosa. ¿Estoy siendo subjetivo? Tal vez, pero sólo en la especial selección de características que mi amor o mi odio hacen resaltar en esa persona.
En Biología pasa lo mismo. El gen es egoísta porque busca solamente persistir en el ser haciendo copias de sí mismo, pero el ADN es altruista, porque se deja despedazar por la maquinaria de replicación para que sea posible la persistencia en el tiempo de su contenido informacional. ¿Egoísmo, entonces, o altruismo? La especie que sobrevive sin cambios es exitosa, aunque las demás especies de su phylum se hayan extinguido. Pero el phylum que ha persistido es exitoso por contener muchas especies, aunque ninguna se haya conservado idéntica a sí misma desde sus inicios. ¿Cuál es la postura verdadera? Todo depende de la perspectiva desde la cual se estudie el objeto de conocimiento.
Dawkins adopta la postura de la navaja de Ockham: no multiplicar los entes innecesariamente. Gould adopta la postura contraria: tantos niveles de identidad como sea posible. Entre los dos, me quedo con Gould. Mis motivos son, uno, puramente estético: no empobrecer nuestra visión del mundo. Otro, gnoseológico: si el objeto es lo que el sujeto ve de la cosa, ¿como saber cuál es la mejor posición desde la cual ubicarse para ver el objeto en su verdad? Ante la duda, lo mejor es hacerlo desde el mayor número de puntos de vista que nos sea posible.
El mejor antídoto contra el reduccionismo es aquella fábula de los hombres que debían describir un animal en una habitación a oscuras con sólo palparlo. Para algunos era grande y redondo como una gran piedra, para otros era finito y alargado como una serpiente. Otros se lo hacían plano, delgado y móvil como una manta raya. Ninguno supo que lo que habían estado tratando de describir era un elefante. No caigamos en el mismo error.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

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