El artículo más reciente de nuestro blog es de la autoría de un publicista de larga trayectoria que ha sabido reflexionar filosóficamente sobre su oficio, y que nos habla de un sentido no habitual de la palabra "evolución", que Marx fue el primero en considerar: ¿existe una esencia humana genéticamente determinada, o el ser del hombre depende de su relación con el entorno mediada por el trabajo, ese trabajo que ha creado una segunda naturaleza, la tecnológica, que se transmite por una vía no genética a través de las generaciones?
Si la noción de genotipo extendido de Dawkins fuera aceptada, este planteamiento de una evolución hacia un homo technologicus implicaría que nuestro comportamiento humano es fruto de selecciones naturales sobre variaciones genéticas, y no, realmente, de una influencia retroactiva del entorno cultural sobre nuestro modo de ser y de obrar. Pero nosotros rechazamos los esquemas lineales, que sólo podían aceptarse en la época del dogma, y estamos obligados, por la propia evidencia empírica, a aceptar que la tecnología nos determina del mismo modo en que nosotros la determinamos a ella.
¡Bienvenido, Norberto, y gracias por la ampliación del concepto de "vida" que aporta tu artículo!
Daniel Omar Stchigel
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