En el congreso de 1993 dedicado a conmemorar los aportes de Schrödinger a la Biología del siglo XX quedó clara la existencia de dos visiones en conflicto acerca de la Biología, relacionadas con el modo de tratar el tema de la contingencia.
Algunos autores celebraban la intervención de la física en el ámbito de la biología para introducir planteos de carácter universal ("el orden a partir del orden" y "el orden a partir del caos", es decir, el mecanismo de la herencia, por un lado, y el crecimiento de la organización a partir de un entorno físico sometido a las leyes de la termodinámica, por otro). Otros conferencistas, incluso alguno procedente del ámbito de la física, se dedicaron a hablar en contra de esa intervención, una posición que podríamos resumir en la "envidia de la física" que mencionó Gould específicamente.
El planteo de Gould consiste en que lo que hace "interesantes" a los seres vivientes es el hecho de que su conformación física específica es el resultado de contingencias históricas. Por ejemplo, y más allá de que las bacterias siempre han sido las vencedoras en la lucha por la vida en el planeta, entre los organismos puricelulares es una contingencia (posiblemente originada en la caída de un meteorito) lo que dejó libre el nicho ocupado por los dinosaurios para que los mamíferos pudieran desarrollarse libremente.
Tales contingencias no son negadas, pero sí simplemente obviadas, justamente por carentes de interés, por quienes, en un espíritu más "tradicional", se ocuparon de defender la elaboración de modelos generales, sea en la línea de la sinergética de Haken, de la termodinámica de procesos irreversibles de Prigogine o de las redes booleanas de Kauffman.
Ambas líneas de pensamiento se ocupan del pasaje "del caos al orden", que Schrödinger intrpretaba como una apropiación de "entropía negativa" por parte de los organismos, dejando de lado la cuestión del pasaje del "orden al orden", proyecto universalmente vigente en la genética y la biología molecular contemporáneas.
Uno de los expositores se planteó por qué la primera sugerencia de Schrödinger fue bien acogida y desarrollada, y no la segunda. De este tema nos ocuparemos en otro momento. Ahora nos interesa ocuparnos de la cuestión de la necesidad y la contingencia y el lugar de la ciencia en este debate.
La ciencia, ya lo hemos dicho, surgió buscando lo permanente, lo universal y lo necesario, detrás del mundo de apariencias confusas y contingentes de nuestro choque sensorial con el entorno. La crítica de Gould a este enfoque, sin embargo, no es equivocada: si la verdad debe abarcarlo todo, la contingencia debe ser también comprendida y explicada.
Pero explicar es derivar el hecho contingente a partir de una ley necesaria y universal. No así el "comprender", que trata de detenerse en los detalles del caso singular. Comprendemos a una persona, comprendemos el sentido de un texto, comprendemos a una cultura. Las ciencias humanas son hermenéuticas. Lo hermenéutico, la comprensión de la singularidad del caso, es la técnica de aquellas ciencias que Husserl denominó "ciencias de hechos". La Paleontología es una ciencia de hechos. Su objetivo es recontruir el modo de vida, en un entorno específico, de una especie animal o vegetal o fúngica o protista o procarionte, pero extinta.
Las ciencias llamadas "duras", como la física o la química, son ciencias "de esencias", en la terminología de Husserl. Buscan enunciados universales que puedan funcionar como leyes de las cuales pueda deducirse el caso particular por intermedio de un razonamiento estrictamente deductivo, para lo cual se sirven del apoyo de teorías de la medida que les permite reducir esas leyes a fórmulas matemáticas.
¿Y la Biología? Cuando se ocupa de leyes, como en el proyecto molecular, es una ciencia de esencias (esencias que toma prestadas de la química y de la teoría de la información, a veces también de la física). Cuando se ocupa de las contingencias históricas de la evolución, incluyendo a veces (no en la perspectiva de la teoría de la autooorganización, que es universalista) el origen de la vida en la Tierra, es una ciencia de hechos.
Si tenemos en cuenta que en el siglo XIX la Biología se ocupaba de describir características observables de seres vivientes de distintas especies y especulaba sobre su evolución, y que ahora es mayormente "biología molecular", debemos aceptar, en una perspectiva estrictamente histórica (y quizás, por ello mismo, como algo contingente) que la Biología se ha pasado cada vez con más decisión al bando de la "ciencia de esencias", algo que a la psicología le está sucediendo también, aunque con mucho mayor lentitud.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.
2 comentarios:
¡¡Fantástico!! Acabo de descubrir el blog y estoy abrumado con tanta información, pero me parece un enfoque excelente. Un fenomenólogo y una bióloga, que buena combinación. Yo estoy trabajando con autores como Heidegger, Bataille, Canguilhem o Derrida (estoy convencido que en la deconstrucción hay un gran pensamiento inexplorado sobre la vida biológica) en relación con las teorías de Margulis, Gould o Schneider (termodinámica).
Seguiré vuestro trabajo. Por el momento ya estáis en "favoritos" y en cuanto pueda me haré con el libro. Mi más sinceras felicidades. Creo que así es como debe hacerse filosofía y como se abren caminos a la ciencia.
Muchas gracias por tu elogioso comentario, y bienvenido al club. Si quieres comunicarnos alguna idea o mandarnos un link será bienvenido. Saludos.
Daniel y Mirta
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