domingo, 16 de marzo de 2008

El cuidado de la palabra

La palabra muestra y esconde. Siempre dice más de lo que dice. Según Heidegger, la palabra es la casa del Ser, es el lugar donde el Ser habita. Quizás no haya una palabra más difícil, en cuanto a saber qué ser habita en ella, que la palabra mutación. Mutación, en Biología, es una palabra mágica. Sirve para explicar cualquier tipo de cambio. Si se ha duplicado un gen, es que hubo una mutación. Si un gen regulador quedó inactivado, hubo mutación. Si un trozo de ADN empezó a codificar información (no discuto aquí si esto es posible o no), hubo mutación. A menudo, la palabra mutación viene acompañada de dos calificativos: "perjudicial" y "beneficiosa". La palabra mutación es, en el lenguaje de la Síntesis Neodarwinista, la palabra "moderna" que sustituye a la vieja "variación". Es una palabra más fuerte, más profunda, va a los cimientos moleculares de la vida. "Perjuicios" y "beneficios", no hay palabras más utilitaristas que ellas, no hay palabras más económicas. Son palabras que no tienen nada de molecular. Las moléculas no se benefician, las moléculas no se perjudican. Las moléculas, estrictamente hablando, tampoco "mutan". Las moléculas, en todo caso, pueden formarse o destruirse. Los enlaces moleculares pueden cortarse. Las moléculas separadas pueden enlazarse. A algunos de estos procesos los llamamos "mutaciones". Las mutaciones siempre ocurren en el ADN, generalmente en el proceso de su duplicación, a veces no. Siempre tienen que ver con procesos en los que se ve involucrado lo que biológicamente llamamos "información". La mutación es un cambio en la información. Es un cambio súbito, inesperado y azaroso. Puede tener un resultado perjudicial, o puede tener un resultado beneficioso. La mutación no es un concepto. No es algo universal, algo que podamos definir de un modo unívoco. Es como la palabra "juego". Es lo que Wittgenstein llamaba una "familia". Todas las mutaciones que los biólogos han catalogado tienen un cierto aire de familia. Los ejemplos de mutaciones beneficiosas siempre están emparentados con los de mutaciones perjudiciales. Una regulación que se pierde hace que, en un medio nuevo, la sobreproducción de una sustancia, le permita a un microorganismo hacer un metabolismo más rápido, y ganarle en tasa de reproducción a la forma salvaje del mismo microorganismo. Una situación de estrés, hace que un gen mande la orden de mutar otros genes, en espera de que una variación al azar permita una readaptación que salve milagrosamente a la especie. El gen de la anemia falsiforme, cuando no está expresado, le da al hombre que lo posee una ventaja frente al hombre que no está enfermo (de esta enfermedad) en la lucha contra la malaria. Si la esencia de la vida es conservar y multiplicar su propia forma, ¿no será la mutación, ese lado de variación azarosa que el neodarwinismo invoca como la otra variable que -junto con la no menos azarosa variación ambiental- esculpe el perfil de las poblaciones a lo largo del tiempo, una palabra neutra cuyo pariente más cercano, ya que hablamos de "familia", es la palabra "enfermedad"?
Copyright Daniel Omar Stchigel y Mirta Elena Grimaldi. Derechos reservados.

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