viernes, 21 de marzo de 2008

Sueños acerca de la esencia de la vida

Cuando nos ponemos a soñar acerca de la esencia de la vida, siempre aparece, detrás de nuestros pensamientos racionales, el afán de ver reflejada en ella algo de nuestra propia idiosincracia, algo de las expectativas y deseos que impulsan nuestra vida diaria. Algunos -los que son apoyados por la ortodoxia actual de la ciencia- quieren encontrar en la vida una construcción fortuita, sin ningún tipo de plan previo, donde ningún concepto valorativo tiene sentido. Otros creen ver un gran protoplasma en el que todos los seres vivientes forman una red interdependiente, llena de un sentido global, holístico. Incluso otros, como yo, buscan en lo vivo destellos de una armónica belleza, la precisión o perfección minuciosa en cada uno de sus detalles.
Tal vez todos estemos viendo el mismo panorama desde distintos ángulos. En este panorama complejo podemos encontrar, conviviendo, distintos elementos que dan sustento a cada uno de los enfoques presentados.
Los mecanismos exquisitos y detallistas existen y cada vez se conocen con mayor detalle: la síntesis de una proteína que exhibe exactamente la conformación tridimensional correcta y funcional (entre millones de posibilidades alternativas que de nada servirían), los elaborados mecanismos de corrección de daños en el ADN, la extraordinaria complejidad de la respuesta inmune de un mamífero, lo atestiguan.
Si tomamos distancia, descubrimos que los nexos entre los seres vivos también son evidentes: el ciclo biogeoquímico del carbono nos involucra a todos, la energía circula por el medio biótico y abiótico continuamente, las endosimbiosis son íntimas asociaciones entre organismos, bastante habituales. De tal forma, los límites individuales no son tan claros como parecían.
Y también el azar y el sinsentido hacen sus frecuentes apariciones, brindándole apoyo a una vida circunstancial, sin una lógica previa. Sabemos que gran parte de la progenie de una tortuga muere en las garras de sus depredadores, mostrándonos un absurdo derroche de esfuerzo y de energía. A un nivel celular, una gran parte del ARN que debería llevar el mensaje de los genes al sitio de síntesis de proteínas nunca llega a hacerlo, porque es degradado cerca del sitio donde se formó, lo que sugiere errores graves en su armado.
Lo invito, lector, a contarnos cuál sueña usted que es la esencia de la vida. De todas maneras, ella siempre va a sorprendernos, a usted y a mí, y a presentarnos su contracara.
Copyright Mirta E. Grimaldi. Derechos reservados.

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