lunes, 10 de marzo de 2008

¿Por qué los biólogos evolucionistas participan de los debates creacionistas?

Si uno se pone a observar las páginas de debate sobre evolucionismo, creacionismo y diseño inteligente, es notable la gran cantidad de biólogos que participan en ellas. Muchos son defensores de un evolucionismo indefinido, sólo parcialmente darwinista, a veces incorporando elementos de simbiogénesis o de puntuacionismo. Es notable el modo en que realizan su participación. En muchos casos, empiezan con una actitud condescendiente y pedagógica, hablando de hechos, de pruebas clásicas, del sentido de lo que es o no es una teoría científica. Con el tiempo su actitud suele volverse algo más áspera, hasta que adoptan un lenguaje gremialista, menosprecian a cualquiera que "opine sin tener conocimientos suficientes". Emplean finalmente expresiones tales como "oscurantismo", "dogmatismo", "pseudociencia", y otros calificativos cuyo objetivo parece ser desear terminar rápidamente con el debate y dedicarse a cosas más interesantes. Sin embargo, siguen participando, vuelven a la carga contra viento y marea. A veces ponen sólo una frase sardónica y permanecen al margen, pero se siente su presencia. ¿Por qué ocurre ésto? Pienso en una razón muy sencilla: el aburrimiento. El evolucionismo, por lo menos en su versión más aceptada, la de la gran síntesis de 1950, que unió al darwinismo con la genética de las poblaciones, se ha vuelto aburrido. No porque carezca de elementos de interés. No discutimos aquí su verosimilitud, sus alcances macroevolutivos. No es eso. Ocurre que esa síntesis logra más o menos explicarlo todo acerca de la vida. Nada más terrible. Nada más terrible que lograr dar alcance al objetivo del Iluminismo del siglo XVIII: eliminar el oscurantismo, eliminar toda sombra y todo misterio. ¿Qué hace en su tiempo libre un biólogo que se dedica a contar genes, comparar y elaborar arduos árboles filogenéticos? Busca enemigos. La tarea que le ha tocado en suerte es una tarea árida, llegará a saber finalmente cuándo se separó cada rama de ser viviente a partir de los antepasados comunes, logrará imaginar cómo la primera colonia de bacterias se formó en la sopa primitiva, y después vendrá el Gran Vacío. Cuando el evolucionismo haga eso, se extinguirá en un halo de gloria y olvido. Como el biólogo evolutivo intuye que eso va a pasar, mira alrededor y busca enemigos. Sabe que los animales necesitamos a alguien con quien pelear. Como ha sublimado demasiado, por demasiado tiempo, entra al espacio virtual y muestra sus garras y sus dientes deseosos de sangre, y quiere que el combate sea difícil, y busca que lo hieran, pero sólo lingüísticamente. Además, quizás en medio de la contienda algo que dice el enemigo lo sorprenda, algo lo salve del martirio de haberlo conocido todo acerca de su tema. Quizás haga como esos virus que arrastran parte del genoma de la célula a la cual han despedazado. Si eso pasa, el debate no habrá sido en vano.
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo acabo de terminar de estudiar la licenciatura en biología y estoy trabajando mi tesis sobre filogenia molecular Lactarius. La biología evolutiva me ha gustado desde que tuve noción de ella, pero no me he considerado, ni ahora ni antes, una seguidora de Darwin. Me has dejado sorprendida con esta descripción de muchos biólogos evolutivos, espero que el seguir en esta línea de investigación no me haga llegar a atacar a mis colegas. Quizá todo dependa de como sea tratada en este campo, he de decir que no me ha sido fácil estar en esto, he sido muy atacada por mis compañeros y profesores, argumentando que la biología molecular y sobre todo la filogenia molecular, es imprecisa y que carece de fundamentos prácticos. Pese a todo ello he seguido adelante, y mis estudios los estoy basando tanto en la evidencia morfológica como molecular, pues considero que es inevitable la separación de estas como pretenden algunas personas. Si son parte de un todo, no considero que deban separarse.
En fin, es la primera vez que me paso por su blog, pero me he quedado fascinada. Les seguiré la pista.
Lucía

DOS, MEG dijo...

Gracias por tu comentario, Lucía. En realidad no estamos en contra de hacer un seguimiento molecular en el tiempo. Nuestro planteo va, más bien, en el sentido de aceptar la existencia de saltos sin dirección definida que difícilmente puedan llamarse "evolución".
Daniel

Anónimo dijo...

Mi comentario no iba dirigido a cuestionar en sí lo que han posteado, por que estoy totalmente de acuerdo en la existencia de saltos en el proceso evolutivo, no veo por que deba de ser todo tan lineal. Lo que quería comentar, es el hecho de que yo misma he sido testigo de las críticas hacia el trabajo que realizo, y al principio me desilusionó mucho que mis profesores fuesen los primeros en hacerlas y llegó un momento en que consideré que estaba en el camino equivocado que de no ser por mi director de tesis quizá ahora estaría en otra cosa. Yo soy de Chiapas, México y en mi estado este tipo de trabajos son realmente raros y quien se atreve a hacerlos son mal vistos.

Saludos

DOS, MEG dijo...

¿Por qué esos trabajos están mal vistos?