jueves, 6 de marzo de 2008

La Biología en el contexto de la Ciencia

Creemos que la ciencia está dividida entre su papel tradicional de investigación en torno a la verdad, al sentido último de las cosas, y su papel actual de insumo tecnológico, de credora de plusvalía en la cadena productiva. Cuando Galileo inauguró la ciencia, pensaba leer el mundo como libro escrito en caracteres matemáticos. No pensaba, como el positivismo, en calcular para predecir y en predecir para dominar. Lo movía el asombro. Pero el asombro se ha perdido en medio de un afán de dominio sin más fines que los que la propia voluntad de poder se proponga.
Decía Heidegger: el Ser se manifiesta en el ente y se oculta detrás del ente. La verdad del ente no es la verdad del Ser ¿Significa eso que si queremos llegar al Ser debemos pasar por encima del ente? ¿Cuál es la verdad del Ser para la ciencia? ¿Para la ciencia el Ser es el fenómeno, o el Ser trasciende el fenómeno? Y si lo trasciende, ¿qué nos dice la ciencia acerca del Ser? ¿Qué se nos revela del Ser a través del fenómeno? Cuando hablamos del fenómeno hablamos de la apariencia, hablamos de la superficie de contacto entre el mundo y nuestra subjetividad. Pero queremos llegar en el fondo a una verdad como revelación de la esencia más profunda, de lo que es, y no de lo que parece ser. La psicología, por ejemplo, empezó como una ciencia del alma. Ahora se define como una ciencia de la conducta. La diferencia está en que la conducta se ve, y el alma no se ve. Y sin embargo, cuando queremos a alguien queremos conocer su alma, sus pensamientos más íntimos.
Kant nos enseñó que el entendimiento, el instrumento de la ciencia, sólo puede ordenar el fenómeno, darle un sentido a partir de las preguntas que nos hacemos acerca de él. Si queremos ir a las cosas mismas, estamos obligados a salirnos del ámbito del entendimiento. Al hacerlo, estamos fuera del ámbito de la ciencia. Después de Kant, la filosofía se ha empeñado en buscar al Ser al margen del entendimiento. Kierkegaard decía que el entendimiento es incapaz de comprender el infinito. Hegel buscaba una razón dialéctica que abarcara y superara al entendimiento. Jacobi se atenía a la fe. Schopenhauer buscaba la respuesta en el hinduismo. Nietzsche nos habla de la voluntad de poder como motor de la vida, cuyo sentido se revela en el arte.
Hay una excepción importante a este proceso postkantiano del romanticismo: Goethe. Goethe trató de construir una ciencia de la vida que le permitiera encontrar la idea que se manifiesta en el fenómeno. Él veía la idea en el fenómeno, en una amalgama de sensibilidad y entendimiento, uniendo con su mirada estética los ámbitos del conocimiento que Kant había separado. Supongamos, parecía plantearse, que el Ser se manifiesta en la creación como no lo ha hecho en el espíritu del hombre. ¿Qué nos estaría diciendo la Naturaleza acerca del Ser? Retomaba así una línea inaugurada por Kepler, cuando éste quiso leer la mente de Dios en las leyes del movimiento de los planetas. Goethe fue la esperanza de los idealistas alemanes, un último esfuerzo para que no ganara en la ciencia el paradigma de las explicaciones mecánicas. No es que el paradigma mecánico negara a Dios. Más bien lo pensaba como el hábil relojero que había puesto a andar al gigantesco reloj planetario, para dejarlo luego desarrollarse según leyes rígidas y universales. No tenía sentido, para esta visión cartesiana del mundo, adorar una naturaleza que los hombres podríamos haber creado si fuéramos dioses, y que al menos podíamos llegar a entender y modificar en nuestro bien.
Para Goethe, como para Tales de Mileto, el mundo estaba lleno de dioses, esos dioses se llamaban "planta originaria", "animal originario". Pero Goethe quiso desafiar a la teoría de Newton acerca de los colores, y eso le dio una fama de diletante que arruinaría su imagen dentro de una comunidad científica todavía incipiente, en la que todavía se discutía si, como decía Newton, el espacio y el tiempo son o no los órganos sensoriales de Dios.
Hoy más que nunca la física se propone leer la mente de Dios. Einstein decía: "Dios no juega a los dados". Hawking, paralizado, sentado en una silla de ruedas, afirma que el sentido de su vida es revelar el pensamiento de Dios a través del conocimiento de Su obra. Pero la cosmología se ha convertido en una especie de ciencia ficción, y cuando la gente común se pregunta por las contribuciones del desarrollo científico piensa en la medicina y en la biología. Mientras los cosmólogos se preguntan por el origen del universo, la biología, con la clonación y los alimentos transgénicos, cambia nuestro universo. Y la Biología, ¿encuentra al Ser en el ente? Heidegger diría que éste ya no constituye un problema para ella. La Biología vive en el dominio del ente, se olvidó del Ser, y se olvidó hasta de que es posible hacerse este tipo de preguntas. Pero, ¿qué pasaría si, siguiendo a Goethe, nos preguntáramos qué le ha sido revelado a la Biología a través de sus descubrimientos más nuevos? ¿Hay en la Biología un único paradigma? ¿No será engañosa la imagen de unidad que nos dan los biólogos contemporáneos al parapetarse detrás de la figura de Darwin, entendido como aquel que expulsó definitivamente toda inquietud espiritual de este ámbito del conocimiento?
Copyright Daniel Omar Stchigel. Derechos reservados

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu invitacion a ver el blog. Me parecio muy interesante y muy bien escrito. Planteas preguntas importantes que no se suelen plantear acerca de esos temas. La primer entrada es bastante Heideggeriana o Heraclitea, como lo dice el titulo del blog.
Me gusto mucho esta entrada. Es necesario buscar el logos y no conformarse con la explicacion positivista y tecnica, que despues de todo tiene su razon de ser en la busqueda de dominacion del mundo, en la industria alimenticia, en el egotismo que procede del racionalismo cartesiano. Me gusto lo que decis de Goethe y como la idea se manifiesta en el fenomeno. Logos en este caso tiene que ser expresion o manifestacion, y es bueno que un poeta como Goethe, porque los poetas se dedican al logos, tambien haya querido explicar la biología y el mundo. Los estoicos despues de todo veian el origen de la vida en ese Logos universal. Y Plotino, por ejemplo, continua muchas de sus ideas, y sobre todo el Timeo de Platon, donde se dice claramente que el modelo del mundo es un Viviente completo y universal, mostrando que el Ser posee la vida como uno de sus momentos, lo que el llama la triada ser-vida-espiritu (o pensamiento, depende de la traduccion de la palabra nous). La vida tiene en este contexto un origen en el mundo inteligible, y segun los neoplatonicos llega a este mundo en forma de luz o iluminacion. Pero ellos no interpretan la creacion de manera temporal, o a partir de la nada, asi que si quisieramos hacer dialogar estos filosofos con las concepciones modernas, no podria encontrarse me parece un acuerdo con teorias en las que la vida sigue una evolucion lineal desde un tiempo a partir del cual aparece por primera vez, no me parece que una explicacion lineal pueda representar la historia natural. Hay ciclos como el ciclo solar en el año (desde el punto de vista desde aqui), etc. que crea la vida en la tierra, pero tratar de describir qué habia en la primavera del mundo, parece muy dificil, por eso el mito y el simbolo toman el lugar de la explicacion. Los hombres de la edad de oro, tal vez eran seres inmateriales y no dejaron huella a estudiar, tal vez las catastrofes, al fin de cada parte del ciclo, como la de la Atlantida en el Timeo de Platon, borraron sus huellas, quien sabe. Pero, yo no pienso a la manera de un cientifico, asi que lo que digo puede ser un poco pueril, o ingenuo. Es probable que porque las cosas que poseen manifestacion en el espacio y el tiempo, y siguen una sucesion y un desarrollo, sigan una produccion a traves de un proceso parecido a lo que se llama evolucion, pero eso no puede ser mecanico sin una luz que une todo, o Alma del Mundo, que pone en contacto lo de aca con las ideas o logoi que tienen los modelos de los seres vivientes en el mundo inteligible o espiritual. Goethe que estaba interesado en estudiar la luz y el color, tambien escribio un poema que se llama el Alma del Mundo.
Bueno, me gusto mucho tu blog y tu foto con tu esposa, en tu perfil de usuario. Hacen muy buena pareja y se ve que son muy felices juntos.

DOS, MEG dijo...

La biología no es la única forma de saber que tiene derecho a ocuparse del concepto "vida". Estamos de acuerdo, por otro lado, en que en un punto no podemos decir que el ser, la vida o el espíritu tienen un origen. Si queremos ver surgir la vida a partir de la materia sólo veremos otra forma de movimiento de la materia, pero no veremos vida.

Emilio Cervantes dijo...

Buenas preguntas. Creo que tendremos mucho de que hablar. Tengo entendido que Galileo no era ajeno a los negocios que podrían hacerse con el conocimiento.

La imagen de Darwin al final, como parapeto, es muy interesante.

La historia de la construcción de esa imagen es larga y deberá ir saliendo a la luz.

Seguiremos en contacto,

Emilio

DOS, MEG dijo...

Estimado Emilio:
Agradecemos tu comentario y tu interés. Nos hemos enterado de que le van a hacer un monumento a Galileo en el Vaticano. Tal vez en algún momento se lo hagan a Darwin. Pero ¿Qué logró Darwin? Logró convertirse en el primer santo de la Biología. Toda tradición necesita sus santos y sus mártires, como bien dijo Agusto Comte, el padre del positivismo.